Nos vamos a ver hoy.
Tirito de alegría.
Descuelgo y toco nueve notas de ilusión.
Silencio.
Un tono.
Silencio.
Dos tonos.
Descuelgas.
Silencio y más silencio; una eternidad de silencio.
Miro el aparato,
todo correcto.
Rompo yo.
¿Qué tal está mi cachondona preferida?
Con José Alfredo.
Empezamos bien.
Respiro fuerte y en calma a la vez.
Pues llámame cuando se vaya.
No se va a ir.
Mis cejas se disparan hacia un arco de suspicacia.
Vuelvo a respirar fuerte y en calma a la vez.
¿Cómo que no se va a ir?
Ha vuelto.
Tirito, pero de desazón.
Empiezo a no poder respirar, ni fuerte ni en calma.
¿Otra vez?
Vino hecho un cuero y llorando.
Vislumbro las otras veces.
No tengo saliva, saboreo hierro en la boca.
Si no ibas a volver a verlo en tu vida.
Merece otra oportunidad.
¡La órdiga! Vuelvo a ver esas otras veces.
Algo dentro empieza a pesar mucho.
Pero, si no iba a cambiar nunca.
Ahora va al psicólogo.
¡Diantre, qué pericia!
Está aprendiendo o ha mutado.
No decías que era un egoísta que solo iba a lo suyo.
Va a pagar la mitad del alquiler de la casa.
¡Cáspita, que belitre! (Creo que últimamente leo demasiado castellano antiguo)
Huelo al profesional del coco detrás.
¿No estaba con otra?
La ha dejado.
Sí, resuenan. La frase y las consecuencias.
Mi aguante va desmayando.
Te hacía daño.
Eso ha cambiado.
Mil ocasiones volverán a hacerlo, se engaña.
Mi sangre se licua y se acelera a la vez.
Si no te respetaba.
Ahora es una persona nueva.
No tiene ni idea de lo que es el respeto, ¡si pudiera demostrártelo!
Intento encontrar en mi mente una bañera de gel frío donde sumergirme.
Si no te merecía, lo hemos hablado muchas veces.
De nuevo…otra eternidad de silencio.
Sabes, me encontraba muy sola…
Ahora el paréntesis mudo es mío.
Tardo en contestar, supongo que estoy asimilando esas palabras.
Pienso muy rápido hacia atrás; vuelvo a nuestro colegio, a nuestros nombres juntos dentro de aquel corazón, madera fresca recién arañada en el gris sucio de un banco del parque.
Pienso años en el corto y firme paso de una aguja.
El tic me alumbra los desvelos, las esperanzas, las desilusiones, las lágrimas, las escuchas, las atenciones, los consuelos, la risa, los miedos, los ánimos, los apoyos, los mimos, las resurrecciones…
El tac me recuerda que quiero estar. Siempre el estar. A pesar de todo estar…
Mi espera, seis letras que comienzan una palabra de nueve… esperanza.
Yo no, te digo al final.
Callo, trago la hiel de mi mentira.
Quema hacia abajo. Vuelvo a beber del mismo viejo odre.
Hablamos. Me dices
Hablamos. Te digo.
Cuelgo y llamo a mi amigo desaliento.
Me lo coge a la primera.
¿Nos tomamos una copa?
Cuelgo y maldigo la óptica que te hizo ésas gafas.
El replicante Roy
viernes, 14 de octubre de 2011
viernes, 3 de junio de 2011
Las dudas
...claro que había niebla, nos envolvía. Lo sabíamos desde el principio, y aún así desde el principio la intuí y supongo que ella a mi también, pero no podía ver sus ojos para conocer la verdad, seguían escondidos...pensé en soplar con todas mis fuerzas y al instante mi deseo se hizo real, lo vi todo. Pronto la luz de las estrellas me dejó ver aquellas huellas tatuadas sobre la tierra mojada...por primera vez había un camino y ella lo había dejado para mi. Tenía que intentarlo, seguirlas y no perderlas...todavía había niebla que soplar...
Inmerso entre olas de mar y de sentimiento
Armamos una buena nave y no habría galerna que nos hiciera sentir perdidos.
Arrebujados frente al timón compartíamos el mismo rumbo a pesar de las derrotas.
Las lágrimas de lluvia yacían ya secas y abandonadas en nuestros rostros como surcos de amargor.
Inmersos entre olas de la mar, tan blancas de espuma como mis sentimientos, navegábamos unidos.
Sus manos firmes y delicadas reposaban sobre mi pecho como jarcias que sujetaran mis locos latidos, siempre avizor a los errores de mis impulsos, midiéndolos como pies mide una sonda que rastrea el lecho marino.
Su morena piel pegada a mi cuerpo, brillo canela de arena y sal, entibiaba los húmedos y fríos instantes.
El alborear de sus ojos aleteando como argénteas gaviotas a través de la bruma, colmaba mis anhelos.
Su voz rumorosa y felina runruneaba ardientes promesas que hacían sonar las sirenas en mis puertos.
El cascabel de su risa titilando en mi oído como soplo de viento salado, hinchaba mis velas de ilusiones.
Su alma sabia, llena de eternidades amando me arrastró hacia ella y yo, naufrago de esas eternidades, rendido, me entregué a lo profundo de su amor...
¿Cómo no iba a ser marinero mi corazón?...
Arrebujados frente al timón compartíamos el mismo rumbo a pesar de las derrotas.
Las lágrimas de lluvia yacían ya secas y abandonadas en nuestros rostros como surcos de amargor.
Inmersos entre olas de la mar, tan blancas de espuma como mis sentimientos, navegábamos unidos.
Sus manos firmes y delicadas reposaban sobre mi pecho como jarcias que sujetaran mis locos latidos, siempre avizor a los errores de mis impulsos, midiéndolos como pies mide una sonda que rastrea el lecho marino.
Su morena piel pegada a mi cuerpo, brillo canela de arena y sal, entibiaba los húmedos y fríos instantes.
El alborear de sus ojos aleteando como argénteas gaviotas a través de la bruma, colmaba mis anhelos.
Su voz rumorosa y felina runruneaba ardientes promesas que hacían sonar las sirenas en mis puertos.
El cascabel de su risa titilando en mi oído como soplo de viento salado, hinchaba mis velas de ilusiones.
Su alma sabia, llena de eternidades amando me arrastró hacia ella y yo, naufrago de esas eternidades, rendido, me entregué a lo profundo de su amor...
¿Cómo no iba a ser marinero mi corazón?...
jueves, 2 de junio de 2011
La playa
...no se como ocurrió, pero mientras observaba los restos de arena y la sal que me habían regalado el agua de mar y el sol al evaporarla de mi piel, me dio por contar todos los granos de arena...
Cuando iba por los tres millones cuatrocientos veintiséis pensé en la pequeña playa que había nacido sobre mi cuerpo y en ti, que estabas a mi lado...dejé de contar, era suficiente, ya me había alejado bastante de ti por hoy...
Entonces me propuse fabricar un reloj con la arena de ésta, mi playa intima y particular que así convertida en tiempo me recordaría parte de los buenos momentos que hemos pasado juntos...
miércoles, 1 de junio de 2011
Inquietud
Era una aluvión de cariño, un manantial de ternura, una tempestad de sentimientos, un ángel del amor. Cuando se sumergía en tu vida te daba todo. Era tu esposa, tu amiga, tu compañera, tu aliada, tu colmo........Al igual que cuando estaba con otros.
Cuando la conocí tenía alas y con ellas la libertad de volar donde la llevara el viento, si intentabas retenerla, la perdías. Esa era su maldición y la de los hombres que algún día la amaron o la amaban.
Yo también tengo alas, y me alejé volando.
Cuando la conocí tenía alas y con ellas la libertad de volar donde la llevara el viento, si intentabas retenerla, la perdías. Esa era su maldición y la de los hombres que algún día la amaron o la amaban.
Yo también tengo alas, y me alejé volando.
Pasaron unos años y ya he dicho que cuando la conocí tenía alas, pues cuando la volví a ver no es que tuviera alas, es que se había convertido en un Boeing 707. ¡Y claro!, No me dio tiempo a alejarme.
Todo lo que ocurrió ya lo conocía bien, no solo por ella, no era la primera abeja reina que reclamaba a éste humilde obrero para las tareas del amor, sino por las anteriores colmenas en las que me habían breado a picotazos.
Todo lo que ocurrió ya lo conocía bien, no solo por ella, no era la primera abeja reina que reclamaba a éste humilde obrero para las tareas del amor, sino por las anteriores colmenas en las que me habían breado a picotazos.
Siempre que una de ellas me introducía en su gineceo yo procuraba conectar con sus deseos lo mejor que comprendía. La mayoría de las veces éstos eran disyuntivos, inalcanzables, sin sentido o no me digáis como, las tres cosas a la vez. (No por el sexo que ya comentaré, sino por el día a día).
En lo cotidiano ignoraba mis antiguas cicatrices, lucía mi mejor piel y estrenaba un corazón nuevo en cada encuentro. Siempre el instante origen se llenaba con la inocencia y con la ilusión de un niño cuando tiene algo nuevo en sus manitas. ¡Que no se dijera que no ponía yo interés en empezar algo ya manido y extinto para ellas!
He de decir que muy pocos de éstos corazones quedaron indemnes, están guardados en alguna hermética parte de mi ser para que no me lastren en la búsqueda de un amor de verdad, la real hembra que todo hombre ansía.
No me tachéis de retrógrado por la expresión, no es cuestión de orgullo de macho, solo de una persona que con su carcasa de hombre busca una hembra a la que hacer mujer y... ¿feliz?. Podía ser al revés. Sin duda.
¿Es esto pecado?, ¿una quimera? Parece ser que si, porque nunca me mira ningún Dios benévolo ni ningún demonio travieso ni con los ojos de delante ni con el ojo de atrás. No sé si existirá alguna persona con carcasa de mujer que me quiera hacer hombre y ¿feliz? El caso es que de las voladas (me sale el peyorativo, pero me refiero a las que se van según vienen) ya uno se cansa...
Del sexo dije que algo comentaría, porque si quisiera ser un hombre vulgar y sin sueños esto es lo único que me podría llevar a no cansarme de la apicultura.
No se me da nada mal cuando tengo enfrente a una buena compañera. Casi todas quedan contentas en lo físico, muy contentas. Salvo, es curioso, las que ven el sexo desde una sola postura, la suya. Lo mío siempre ha sido la entrega, el entendimiento y claro está, lo que más la creatividad. Diréis no sin razón que en los momentos difíciles es cuando un hombre se crece y yo digo, cuanto más se crece menos creatividad. Esto os dará una idea de porque tengo yo tanta. A tales alturas ha llegado mi pericia que por fascinación hacia ellas también crece mi ámbito femenino, de hecho si hay algo en claro que saqué de mis encuentros físicos y dialécticos es que no todo es hidráulica, dicen que nadie las acaricia ni las comprende como otra mujer (a solas o revueltas, interpreto) y eso intento combinar cuando comparto lechos y deseos.
Hay féminas cuya conjura entre el movimiento y la palabra es toda musicalidad, suelen atraer mi intelecto, mi deseo y por amén, mis lúbricas atenciones. Estoy condenado a ellas.
Y es cierto y no miento que no todas las veces ocurren éstas conexiones, aún cuando existe cierta afinidad latente no existe combustión.
En éstos casos es cuando no acudo a las llamadas y ello enlaza, sin lugar a dudas, con lo que somos, con mi concepción del animal humano o humano animal.
Y por ende, con el génesis de mis divagar.
¿Es esto lo que realmente las transforma? ¿Lo que de verdad llama a su puerta?
A éstas mujeres las tengo por menos desorientadas y aprensivas, más dispuestas a compartir éste viaje en compañía y en definitiva o lo creo yo, mucho más ¿felices?...
Aquí es donde yo termino de elucubrar y donde empiezan vuestras inquietudes...
Todo en la vida es superado por la ficción... cualquier parecido con la realidad es tremenda coincidencia...
Continuará..............o no
Dos pasos
...había muchos días en que él la mandaba los besos en un mensaje.
Los encerraba entre dos paréntesis del texto para que no se perdieran en el camino de los besos inútiles, luego pulsaba el clic que los enviaba a su boca, a su cuello, a sus manos, a su cuerpo, a su corazón...a ella entera.
Le mandaba los besos desde lejos pero siempre se aseguraba que la llegaran como recién salidos de sus labios, que ella sintiera su cariño muy cercano. Unos días eran blancos, otros húmedos, cálidos, con sabor a menta o de caramelo...le gustaba variar y elegirlos distintos para que ella se sorprendiera y cada vez que recibiera uno fuera como el primero.
Pero hoy era un día especial y hoy, por tanto, tenia uno muy especial preparado. Incluso le pondría un nombre, lo llamaría "dos pasos".
Hoy no hacían falta los paréntesis, ni el clic, ni el cartero del éter...
Hoy ella solo tenía que dar dos pasos...
Pero hoy era un día especial y hoy, por tanto, tenia uno muy especial preparado. Incluso le pondría un nombre, lo llamaría "dos pasos".
Hoy no hacían falta los paréntesis, ni el clic, ni el cartero del éter...
Hoy ella solo tenía que dar dos pasos...
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